Uno de esos lugares que se visitan con respeto y asombro. Cuesta creer que puedan haberse abandonado tantos edificios y dependencias que han dejado huella del esplendor que tuvo que tener antiguamente. La información sobre el primero señorío y luego marquesado ha sido extraída casi íntegramente de la web de la “asociación amigos de Moya”. Actualmente la villa se está rehabilitando parcialmente.
“VILLA DE MOYA
La Villa de Moya, situada en lo alto de un promontorio u otero rocoso, rematado en su cima por una amplia y alargada explanada de Norte a Sur, con una longitud máxima de 600 metros y una anchura media de 106 y una superficie de 6,56 has., a 1155 metros sobre el nivel del mar, formó un conjunto de casas apiñadas, a dosadas a sus murallas y formando unas calles estrechas y reducidas, exceptuando las viviendas de nobles y gobernadores, sus iglesias y sus conventos.
Pudo alcanzar los 300 vecinos y 1200 habitantes y a finales del siglo XIX todavía existían 90 casas habitadas.La villa de Moya, visible desde los cuatro puntos cardinales a muy larga distancia, nos muestra su hierática majestad como espolón o proa de nave con su altiva “Torre del Homenaje” desde La ndete por el
Sur; toda su magnitud con el grandioso convento de las Monjas y la extraordinaria arquitectura de “La Coracha” que baja hasta la fuente dominada y defendida por sus dos torres por el Norte; la doble muralla que circunda la villa, las principales puertas de la Villa, la iglesia de San Bartolomé y, en lo más alto, el alcázar con sus torres defensivas por el Este; y al Oeste, en panorámica, la silueta completa de Moya asentada sobre las rocas del acantilado, muralla natural que la defiende y, sobre todo ello, destacando, sus dos monumentos más emblemáticos: la espadaña de la iglesia de Santa María y la Torre del Homenaje.
CABEZA DE SEÑORIO Y DE MARQUESADO.
Tras la repoblación de Moya a principios del siglo XIII fue adquiriendo una amplia jurisdicción sobre unos territorios fuera de sus murallas. Las investigaciones en marcha nos dirán la primera demarcación y los límites de “Las Tierras de Moya”. Como hipótesis, no dudamos en afirmar que el teórico Marquesado de Moya coincidiría con aquel primer Señorío.
Conocemos por la Institución del Mayorazgo de Moya de 1511, como también por el Censo de 1595, la relación de pueblos que comprendía su Marquesado. Comparando con el listado de 1805 comprendía los mismos pueblos menos Ranera y Los Huertos; tampoco figuran los caseríos de La Pacheca, Asturias y Villar de Hornos. En el Censo de Floridablanca también están los mismos pueblos, menos Santo Domingo, Pedro Izquierdo y Los Huertos (incluidos en Moya) ni Ranera, Pajarón y San Martín de Boniches, tal vez por error.
Por lo tanto podemos afirmar que el Marquesado de Moya en 1595 comprendía 34 pueblos y caseríos, 36 en 1787 y 39 en 1805. Hoy han quedado reducidos a 36. Todos estos pueblos formaron, con la villa de Moya a la cabeza, una unidad jurisdiccional, administrativa y económica hasta principios del siglo XIX, cuando el duro centralismo terminó con los regímenes señoriales.
Nos resulta fácil calcular que el territorio moyano tendría, aproximadamente, un perímetro de 240 Km. y un a extensión de 2750 Km2.
Finalizado el siglo XVIII y tras el Censo de Floridablanca, merced a las nuevas corrientes centralizadoras y liberales, Moya perdió ser cabeza del Corregimiento, perdió su juzgado, sus seis parroquias quedaron reducidas a dos, los conventos se cerraron y la nobleza se fue. Las consecuencias fueron fatales: Moya se desmoronó y se disgregó hasta físicamente. En menos de cien años el flamante Señorío, primero, y Marquesado después, quedó reducido a cenizas.”
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